Microbiota vaginal

Es un conjunto de microorganismos que habitan en la vagina, está en estrecha relación con la microbiota intestinal, aunque tengan características diferenciales. La relación entre los microorganismos intestinal y vaginal, se produce por contaminación fecal de la vagina, por cercanía de ambas cavidades o puede ser por un complejo mecanismo que aún no está completamente descrito y que se denomina translocación bacteriana.


Las funciones más conocidas de la microbiota están relacionadas con procesos fisiológicos como el desarrollo de la inmunidad, la resistencia o susceptibilidad a infecciones o la biodisponibilidad de nutrientes. En el medio vaginal: Contribuyen a la integridad de la mucosa y a su funcionamiento correcto. Compite con otros microorganismos que potencialmente sean patógenos, impidiendo la adhesión a las mucosas para que no puedan infectar, o disminuyendo su sustrato alimenticio. Degradan sustancias extrañas que puedan ser dañinas al medio. Producen sustancias antimicrobianas.

Los lactobacilos han demostrado en numerosos estudios que son capaces de realizar estas funciones. Además de lactobacilos, se pueden encontrar otros microorganismos, la mayoría de ellos procedentes del intestino. Pero se considera que la presencia de lactobacilos es fundamental para el mantenimiento del equilibrio vaginal.

En las mujeres en edad fértil constituyen uno de los mecanismos de defensa fundamentales de la vagina, entre otras cosas, porque:

Se adhieren de forma específica a las paredes vaginales y del cuello del útero, formando una biopelícula que no permite la adhesión de microorganismos indeseados.

Producen agregados con los patógenos, formando unas estructuras donde hacen más efecto las sustancias microbicidas que liberan. Producen ácido láctico, que reduce el pH del medio e impide el crecimiento de patógenos, sobre todo de los que proceden del intestino. Producen peróxido de hidrógeno, que frena el crecimiento de gérmenes como el gonococo, típica infección de transmisión sexual.